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La nueva guía práctica del Grupo del Banco Mundial ofrece orientaciones prácticas a los Gobiernos y organizaciones que están creando sus propios programas de datos de libre acceso para abordar el riesgo de desastres y la capacidad de adaptación.
Este manual muestra cómo los proyectos participativos de elaboración de mapas pueden llenar los vacíos de datos gubernamentales y mantener la pertinencia de la información existente a medida que las ciudades crecen rápidamente.
En la guía se destacan los casos de proyectos que rápidamente trazaron el mapa de los daños en Filipinas tras el paso del tifón Yolanda (Haiyan) y ayudaron a mejorar la planificación urbana en Katmandú.
Desde Indonesia a Bangladesh y Nepal, residentes equipados con teléfonos inteligentes y sistemas de posicionamiento global (GPS) están contribuyendo a crear algunos de los mapas más amplios y versátiles que jamás hayan existido, lo que ayuda a fundamentar las políticas y preparar mejor a sus comunidades frente al riesgo de desastres.
En Yakarta, más de 500 personas han sido capacitadas para recopilar datos sobre miles de hospitales, escuelas, edificios privados e infraestructura clave. En Sri Lanka, el Gobierno y voluntarios académicos trazaron un mapa de más de 30 000 edificios y 450 kilómetros de carreteras usando OpenStreetMaps, una plataforma de colaboración en Internet.
Estos son solo algunos de los proyectos que han surgido a partir de la Iniciativa Datos de Libre Acceso para la Capacidad de Adaptación (OpenDRI), (i) desarrollada por el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres (GFDRR, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial. OpenDRI se puso en marcha en 2011 y en la actualidad realiza actividades en más de 20 países, como la elaboración de mapas de decenas de miles de edificios e infraestructura urbana, la entrega al público de más de 1000 conjuntos de datos geoespaciales y el desarrollo de herramientas innovadoras.
Para ampliar este trabajo, el Grupo del Banco Mundial ha lanzado la guía práctica OpenDRI como un medio para mostrar los proyectos exitosos y como un manual que brinde apoyo a los Gobiernos y otras organizaciones durante la formulación de sus propios programas de datos de libre acceso.
"Las pérdidas económicas causadas por desastres naturales han aumentado de $50 mil millones por año en la década del 80 a poco menos de $200 mil millones en la última década, casi tres cuartas partes de esas pérdidas son el resultado de condiciones meteorológicas extremas", dijo Rachel Kyte, vicepresidenta y enviada especial sobre Cambio Climático del Grupo del Banco Mundial, quien dio a conocer la guía en un evento de la Iniciativa Datos de Libre Acceso sobre el Clima en la ciudad de Washington. "Esta guía práctica permitirá a nuestros numerosos asociados incorporar mejor los valores de la comunidad de datos abiertos en sus esfuerzos por fomentar la resiliencia al cambio climático y los desastres".
Este manual orienta a los lectores sobre los pasos para crear programas de datos de libre acceso en base a la metodología de OpenDRI. Una de los primeras fases es la recopilación de información. Los conjuntos de datos relevantes a menudo están bloqueados por medios privados o se encuentran fragmentados en las burocracias gubernamentales. La guía práctica explora los mecanismos y métodos que posibilitan los proyectos participativos de elaboración de mapas que pueden llenar los vacíos y mantener la pertinencia de los datos existentes a medida que las ciudades crecen rápidamente.
GeoNode: Creación de mapas de daños provocados por desastres para lograr una recuperación más rápida
Un ejemplo es GeoNode, (i) una herramienta de catalogación de código abierto y controlada a nivel local que ayuda a gestionar y visualizar datos geoespaciales. Este mecanismo, que ya se usa en 24 países, puede ser modificado y fácilmente integrado en las plataformas existentes, brindando a las comunidades un mayor dominio de la información geográfica.
GeoNode fue ampliamente utilizada después que el tifón Yolanda azotó Filipinas con vientos de 300 kilómetros por hora y marejadas de más de seis metros el pasado otoño. La tormenta desplazó a casi 11 millones de habitantes y causó la muerte de más de 6000 personas.
De inmediato, se creó un proyecto GeoNode específico del desastre y se recopilaron más de 72 capas de datos geoespaciales, desde evaluaciones de daños hasta informes de situación. Los datos y una capacidad rápida de análisis contribuyeron a los esfuerzos de recuperación y todavía están funcionando en modo de respuesta en Yolandadata.org. (i)
InaSAFE: Abordar la reducción de riesgos
Un proyecto hermano, InaSAFE, (i) es una herramienta abierta y sencilla para crear evaluaciones de impacto destinadas a la reducción de riesgos. Las evaluaciones se basan en cómo un impacto –por ejemplo: un tsunami, una inundación o un terremoto– afecta a los datos relativos a la exposición a tales eventos, como la población o los edificios.
Con InaSAFE, los usuarios pueden trazar mapas y generar información estadística que puede difundirse fácilmente e incluso incorporarse en proyectos como GeoNode para un intercambio simple de códigos abiertos.
La iniciativa, desarrollada en colaboración con el Organismo Australiano de Desarrollo Internacional (AusAID) y el Gobierno de Indonesia, fue puesta a prueba exitosamente en Yakarta durante la temporada de inundaciones de 2012, lo cual provocó un rápido despliegue nacional y el interés generalizado de la comunidad internacional.
Ciudades abiertas: Mejorar la planificación urbana y la resiliencia
El Proyecto Ciudades Abiertas, (i) otro programa que opera bajo la plataforma OpenDRI, tiene como objetivo catalizar la creación, gestión y uso de datos de libre acceso con el fin de generar soluciones innovadoras para los desafíos de la planificación urbana y la capacidad de adaptación en Asia meridional.
En 2013, Katmandú fue elegida como ciudad piloto, en parte porque la población enfrenta el peligro de mortalidad más alta debido a terremotos en el mundo. En el marco del proyecto, los equipos del Banco Mundial reunieron a asociados y encargados de movilizar a las comunidades para ayudar a ejecutar el mayor proyecto de elaboración de mapas comunitarios regionales hasta la fecha. El proyecto estudió más de 2200 escuelas y 350 centros de salud, junto con redes de carreteras, puntos de interés y superficies edificadas en formato digital, que representan casi 340 000 nodos individuales de datos.
Promover un espíritu de innovación y colaboración
Estos proyectos son solo algunas de las herramientas destacadas en la guía práctica OpenDRI, que están destinadas a ayudar a los Gobiernos y organizaciones a usar de mejor manera los datos de libre acceso para enfrentar los riesgos de los desastres naturales y el cambio climático.
Este manual, al fomentar un espíritu de innovación y colaboración, permitirá que las comunidades sigan desarrollando mecanismos específicos de código abierto orientados a la reducción del riesgo de desastres y ofrecerá una vía más clara hacia una mayor capacidad de adaptación en algunas de las comunidades más vulnerables del mundo.